Millares de pasos he
caminado mirando muchísimos ojos
buscando cruzarme con una mirada
y veo a mi alrededor sujetos
sin rostros
que –anestesiados- marchan
simulando un engranaje,
les urge engordar las
cifras que los somatizan
y maman de la bazofia que venden
en todos lados,
son
el tic tac de un progreso inerte,
ciegos parásitos de un mundo
que clama.
Escuchen
sus hijos el latir cansado de la humanidad
que
muere envuelta en la angustia de no sentirse amada
y
que trata de evadirse a sí misma buscando desordenadamente placer,
royendo
su dignidad,
infección
del alma es endurecer el corazón ante semejante grito.